Leandro Cano y Arturo Obegero, cuando el arte español se apodera de la pasarela



Folclore y danza. Aires flamencos e inspiración taurina. Los diseñadores españoles Leandro Cano y Arturo Obegero cerraron la semana de la moda de París con un homenaje a la tierra y sus tradiciones artísticas. Dos estilos que ilustraron la nueva ola del diseño español en un abarrotado Instituto Cervantes de la capital.

Leandro Cano, "A tu vera"
“He querido hacer un homenaje a los iconos folclóricos españoles”, aseguró el diseñador entre bambalinas tras su desfile, citando los ejemplos de Rocío Jurado, Lola Flores o Imperio Argentina. “Se trataba de jugar con los años 60 y 70, volviendo a los primeros volúmenes de la firma. Hemos creado un mundo floral de estampados, con espadas y monedas, en las que aparece escrito ‘A tu vera’ o el dibujo de una mano bailando flamenco, un mantón de Manila o un clavel”, continuó el creador, explicando que había llevado a cabo reproducciones del rostro de María José Llergo. La artista de Pozoblanco, que acompañó con su voz la presentación de la colección es, para Leandro Cano, nada más y nada menos que “la nueva imagen del flamenco”.
Un total de 6 diseños marcados por el uso del color blanco, a excepción del look de apertura del show, en de mantillas de punto y voluptuosos vestidos de lanas y edredones. “Hemos empleado tejidos de antiguas colecciones o que habíamos descartado”, explicó el creador, subrayando los toques en tono oro y el uso de latón dorado en los accesorios. “Quería representar la parte ostentosa de las folclóricas”, aseguró sobre la inspiración flamenca de su colección artística, que irá acompañada de "Imperio", la última línea de prêt-à-porter de la marca.
“Yo soy muy folclórico. Y las folclóricas siempre han sido muy de Semana Santa y de su religión. Intenté alejarme de esto porque ya había hecho una colección muy religiosa, pero me di cuenta de que al final siempre acababa volviendo a este tema. Y decidí no seguir batallando. Si tiene que salir, saldrá, sonrió el diseñador, original de Ventas del Carrizal (Jaén). Sobre cómo se comprenderán sus referencias andaluzas en el extranjero, Leandro Cano deja las puertas abiertas. “¡No tengo ni idea de cómo lo podrán entender! Probablemente como algo bastante exótico!”, exclamó, cuando aún era todo un manojo de nervios al final de su desfile ante una sala abarrotada.

Arturo Obegero, danza de poesía
“Vengo de un pueblo muy pequeño de Asturias, de Tapia de Casariego. En mi clase no éramos más que 5 personas. Y he conseguido llegar a presentar mi primera colección en París. Estoy encantado”, aseguró sonriente, el diseñador Arturo Obegero, quien se graduó en la Escuela Superior de Moda y Diseño Goymar, en La Coruña, antes de formarse durante cuatro años en la escuela londinense Central Saint Martins. Una vez concluidos sus estudios, en los que se especializó en patronaje, el asturiano recibió la llamada de París. “Trabajé en Lanvin durante un año como parte del nuevo equipo creativo”, explicó sobre su experiencia bajo las órdenes de Bruno Sialelli, quien fue nombrado director artístico de la maison francesa a comienzos del año pasado.
Para la presentación, que al igual que la de Leandro Cano tuvo lugar en el Instituto Cervantes de la capital, Arturo Obegero buscó la inspiración en sus propias pasiones. “Soy un amante de la danza y la idea es que estoy creando mi propio cuerpo de baile. Quería coger las cosas que me gustan del mundo del surrealismo, de los cortes aristocráticos, de la inspiración torera...”, explicó el diseñador, mostrando su “mood board”, que incluía fotografías de Antonio Gades, Georgia O’Keeffe, Rudolf Nureyev o David Bowie. “Cada pareja de modelos son personajes que representan una obra clásica, como ‘El Amor Brujo’, ‘Orfeo y Eurídice’, ‘El Lago de los Cisnes’ o ‘Romeo y Julieta’”, desarrolló sobre la idea de llevar representaciones del ballet clásico a su propio lenguaje.
Bajo el título "Academia", la colección presentó 14 looks marcados por el estilo sartorial. Siluetas que daban la impresión de movimiento en pantalones de talle alto y efecto de vestido, ajustadas camisas desabotonadas, vestidos asimétricos, espaldas al aire y osados volúmenes. Todos ellos plasmados en una paleta de color que viajó desde el clásico blanco y negro al rojo escarlata o al azul celeste. Sobre la presencia de diseños tanto masculinos como femeninos, el creador asturiano no tuvo dudas. “No me considero un diseñador que haga unisex ni asociado a la marca ‘gender fluid’. Simplemente hago ropa. Para mí es algo natural. Es como yo me visto y se lo pongo a hombres y a mujeres”, afirmó.
Entre los próximos pasos de la firma, que pretende seguir presentando sus colecciones en la semana de la moda francesa, se encuentra el lanzamiento de su página web, en la que se pondrán a la venta “las piezas más comerciales”, tales como los pantalones altos o las camisas de seda a un precio de 480 y 400 euros, respectivamente. “Toda mi producción se hace en París con materiales naturales que compro de las casas grandes. Quiero ser lo más responsable posible. Pretendo crecer poco a poco, de forma orgánica y sin necesidad de sobreproducir”, aseguró, explicando que la firma crea piezas limitadas en series de 10, a partir de la compra de rollos de tejido restantes de firmas como Fendi o Givenchy. “Quiero que haya alma y poesía detrás. No quiero crear otro producto, ya hay muchos en Instagram. Quiero hacer que la gente se sienta especial, en lugar de comprar otro pantalón u otra camisa”, afirmó apasionado, mostrándose abierto a la entrada de inversores en su proyecto. "De momento, la inversión detrás son mis ahorros y el apoyo de mi madre”, agradeció. Tiempo al tiempo.

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