El maratón de
desfiles femeninos, que comenzó el 3 de febrero y terminó el martes 3 de marzo,
dejó una extraña impresión de asuntos pendientes y preguntas sin respuesta. Las
reflexiones iniciadas por los creadores de Nueva York, Londres, Milán y París a
través de sus colecciones de prêt-à-porter para el otoño-invierno 2020/21 han
tocado fondo. Comenzando con la inclusividad. Nunca como en esta temporada los elencos
han sido tan variados en las pasarelas, entre sexos, nacionalidades, edades y
morfologías. Al mismo tiempo, varios modistas, en busca de significado, han
acudido al pasado para comprender mejor el mundo de hoy, sin dudar en usar la
religión. Resultado: la silueta del próximo invierno tira aún más hacia la
sobriedad, con atuendos mínimos y monocromáticos, sin renunciar a toques de
exuberancia. Las tendencias que comenzaron la temporada pasada, como los
flecos, capas, todo en cuero, tejidos masculinos, lencería, cuadros… se
implementan con fuerza. Pero están surgiendo otras pistas. Las mujeres se
buscan a sí mismas, así como los creadores, entre una “power woman” y una chica
despreocupada.
1) El vestido de época
Desde
Louis Vuitton, que propuso en su colección un viaje
en el tiempo que se remonta al siglo XV, hasta vestidos medievales, pasando por
abrigos largos o vestidos que cubren todo el cuerpo desde los pies hasta la
cabeza, con cuello alto, como en Balenciaga y Marine Serre; o los vestidos
de canasta evocados y actualizados en Ann Demeulemeester; o como las
crinolinas, especialmente en Gucci, Alexander McQueen y Moschino hicieron resurgir con fuerza un
pasado lejano en las pasarelas. Las referencias a trajes históricos atraviesan
muchas colecciones, como las botas de mosquetero ofrecidas por Chanel o las túnicas medievales vistas por
todas partes.
2) El mantón
En la misma línea, vuelve a la vanguardia el mantón,
esta prenda corta en forma de una mini capa que cubre los hombros y los brazos.
Se puede llevar sobre un vestido o también sobre abrigos y chaquetas. Está
hecho de lana (Jil Sander), nylon y cuero (en Nina Ricci), se prolonga por la
espalda como una capa en Givenchy,
es plateado en Vivienne Westwood y Paco Rabane, o también de encaje (Pucci).
3) Las prendas o accesorios
religiosos
En esta época de
interrogantes, varios diseñadores parecen haber incorporado a sus colecciones
su búsqueda de espiritualidad, apelando al registro religioso. Por ejemplo,
Balenciaga y sus grandes túnicas de sacerdote. Pero el tema también está
presente en los cordones blancos con un toque litúrgico que decoran ciertos
vestidos en Paco Rabanne, las cruces
vislumbradas en Chanel, Gucci o Philipp Plein. Sin olvidar las mantillas, esos
velos de encaje usados por mujeres católicas, exagerados y levantados en la
cabeza, que nos recuerdan a las madonnas o santas en Comme des Garçons, Simone Rocha o Richard Quinn.
4) Maxi hombreras
Las hombreras se
ven sobre todo en las chaquetas masculinas, presentes en todas las colecciones,
con cortes cuadrados de los años 80 (Balmain, Saint Laurent, Isabel Marant), de
forma ensanchada, hinchada o elevadas al máximo. Algunos diseñadores las
exageran mucho (Balenciaga, Rick Owens).
5) Las mangas abullonadas
Los brazos son
objeto de especial atención por parte de los diseñadores, que los cubren y les
dan volumen, destacándolos como nunca antes para el próximo invierno. Al igual
que las hombreras, las mangas cobran volumen. Se hinchan y abullonan, redondas
como globos, resultando en una pagoda. El fenómeno afecta absolutamente a todas
las piezas: vestidos, chaquetas, prendas de punto, abrigos.
6) La corbata
Asistimos al
notable regreso de la corbata en el armario de las mujeres, que sigue
adentrándose alegremente en el masculino. El traje y la chaqueta de hombre, en
particular, están en una versión suelta y monocromática, y son omnipresentes.
Además, para el próximo invierno, será el accesorio masculino por excelencia
ofrecido por Dior, Chanel, Dolce & Gabbana, Daks, Prada, Moohong, Rokh, Versace, etc.
7) El punto
El tejido de
punto es ahora un elemento básico en las colecciones femeninas, impulsado por
la moda de los materiales naturales, especialmente la lana. Los suéteres
trenzados ocupan la mayor parte del armario del próximo invierno, al igual que
el vestido de punto. Cabe destacar el vestido "bola de lana"
imaginado por Noir Kei Ninomiya.
8) El remendado
En un mundo cada
vez más versátil, la ropa se descompone fácilmente para recomponerse mejor.
También se separa, revelando la piel del torso, la espalda, el costado o las
piernas. Un juego que parece haber fascinado a los diseñadores esta temporada,
que cortan y cosen su ropa en todos los niveles destacando sus
"heridas" con todo tipo de reparaciones: grandes hilos de lana en
Marni, grapas en Versace, anillos de metal en Sacai o cordones negros en un vestido de
punto naranja en Cristiano Burani.
9) El vestido de muñeca
Le damos una
forma fuerte y poderosa. Pero la mujer también quiere divertirse y, por qué no,
volver a la infancia. Varios diseñadores se han aventurado en este campo,
vistiendo a chicas jóvenes con calcetines altos y cuellos blancos de
colegialas, o incluso ofreciendo vestidos de muñeca, como Marco De
Vincenzo, MSGM, Fendi, Gucci y algunos otros.
10) Las joyas
Si bien el estilo de vestir tenderá a ser simple y, a
menudo, minimalista, la silueta suele verse reforzada por importantes
joyas, que brillan en las orejas y el cuello. Pero no solamente eso. Las
cadenas y los largos collares de perlas se envuelven alrededor del cuerpo,
llegando a ser llevados diagonalmente desde el cuello hasta la axila. También
adornan otros accesorios, como zapatos, guantes o bolsos.
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