El
parón comercial y productivo causado por la crisis del coronavirus ha llegado
en plena temporada de bodas, bautizos y comuniones. Las firmas del sector
afrontan la situación asumiendo que sus meses de ventas fuertes se trasladarán
al otoño y apostando por la venta online como un relativo salvavidas económico.
“En nuestro atelier a medida, las citas para marzo, abril, mayo e
incluso junio se están posponiendo para después del verano o para 2021”,
explica Saioa Goitia, CEO de la firma de moda nupcial Sophie et Voilà. Con ella
coincide Virginia Pozo Castro, directora de Coosy, marca especializada tanto en
moda para novias como para eventos: “No son cancelaciones, las bodas y demás
citas se han pospuesto para finales de octubre y noviembre. Hace unos años que
esta temporada iba cogiendo peso, así que, ahora, más”.
“Este parón nos va a traer un problema de liquidez inmediato”, indica
Saioa Goitia. La firma que dirige, Sophie et Voilà, encaraba 2020 dispuesta a
sellar un año de récord: “Íbamos como un tiro. A mediados de marzo llevábamos
casi el 50 % de la facturación total de 2019. Ahora, nuestra previsión de
facturación se ajusta en el día a día; si llegamos a lo del año pasado, nos
quedaremos contentos. No es lo que esperábamos, pues estábamos duplicando
stands en ferias, pero, ahora, aguantar me parece suficiente”.
Sophie et Voilà, que
entró a finales de 2019 en el marketplace de lujo Moda Operandi, registra
el 60 % de sus ventas en el mercado internacional. Por canales de distribución,
también el 60 % de sus ventas corresponde al wholesale. “Japón ha estado
aguantando bien, pero habrá que ver qué pasa, pues han tenido que entrar
también en estado de alarma. En España y Europa está todo paralizado; en México
estábamos vendiendo hasta la semana pasada y Estados Unidos también estaba
comprando bien, pero todo se ha parado”, detalla Goitia.
“Aun así, yo me mantengo positiva, la gente no va a comprar tanto como
el año pasado, pero creo que aún tenemos una oportunidad. En China y Hong Kong
ya están empezando a moverse las compras. Para este año, teníamos un plan de
internacionalización para China; cuando todo esto empezó, lo di por perdido.
Pero, quizá, al final sea China la que nos salve el año”, concluye la CEO de
Sophie et Voilà.
“El problema es que, aunque las bodas se retrasen para octubre y
noviembre, no sabemos si la gente se va a animar a ir o no. Además, muchas
parejas optarán por hacer bodas más pequeñas, con menos invitados. Y lo mismo
ocurrirá con las comuniones: algunas clientas ya me han comentado que, aunque
se retrasen a octubre, las celebrarán solo con la familia”, comenta Virginia
Pozo Castro, al frente de Coosy, que prevé que la facturación de la firma caiga
un 35 % este ejercicio.
Pedidos cancelados y producción paralizada
Maria Roch, fundadora de la marca que lleva su nombre y especializada
tanto en moda para eventos como para novias, coincide en que una de sus
preocupaciones es que “se tenga que reducir el número de invitados”. Y destaca
otro problema del sector: la cancelación de pedidos de los clientes multimarca.
“De momento, solo dos clientes me han cancelado pedidos para esta
temporada. Lo que sí están cancelando es la compra de la colección de invierno,
que se sirve en julio”, detalla.
La producción de las colecciones es otra de las cuestiones que las
firmas están replanteando. Algunas, como Coosy, han dejado de fabricar las
prendas que pensaban comercializar para el mes de mayo. Otras como Bimani temen,
ante la paralización de la actividad no esencial decretada por el Gobierno, no
tener stock suficiente cuando reabran las tiendas.
“Que la producción se haya tenido que parar es lo que más nos ha
afectado. Si esto se alarga más de un mes, el problema será que abriremos las
tiendas sin tener stock, porque lo hemos llevado todo al online”, sostiene
Laura Corsini, fundadora de la marca.
Por su parte, Sophie et Voilà confía en reanudar su producción lo antes
posible para poder seguir sirviendo pedidos. “Al tener taller propio, los
pedidos hasta finales de abril los teníamos listos. Pero esperamos poder abrir
de nuevo a partir del 26 para poder volver a fabricar”, explica Saioa Goitia.
Cierto auge de la venta online
A algunas de estas marcas, la venta online les ha permitido seguir
generando ingresos y, por tanto, no paralizar completamente la actividad. “En
esta época del año, especialmente de mayo a julio, vendemos mucho más en tienda
que online. Y nuestras colecciones están enfocadas a ese 75 % de la facturación
que generamos en tienda. Pero, este año, estamos vendiendo aproximadamente un
40 % más online que en el mismo periodo de 2019. Eso sí, estamos notando que
las compras se inclinan más hacia los básicos, prendas atemporales que pueden
servir tanto para una boda de primavera como de otoño. Además, mucha gente está
optando por el envío una vez termine la cuarentena”, indica la fundadora de
Bimani.
En el caso de Coosy, la venta online “sigue funcionando con
normalidad”. “Estamos vendiendo, más o menos, como el año pasado. Hemos lanzado
un outlet y está funcionando muy bien”, destaca Virginia Pozo Castro.
Pero la venta online no es tan halagüeña en el caso de firmas cuyos
productos implican un desembolso mayor. “Estamos vendiendo algo, pero mi producto
hay que verlo en persona. Para intentar suplir un poco eso, estoy asesorando
mucho por teléfono o videollamada, que es una cosa que no solía hacer”, explica
Maria Roch.
¿Hacia un nuevo modo de consumo?
Si bien estas firmas no cuentan con grandes plantillas, tanto Sophie et
Voilà como Coosy y Bimani han presentado un ERTE para su personal
(principalmente, de atención al público) ante el cierre de tiendas. Y, en la
mayoría de casos, renegocian los alquileres con los propietarios de sus
locales.
Todas, además, coinciden en que esta crisis puede vislumbrar un nuevo
modo de consumo. “Creo que la gente va a comprar mejor. Estamos más
sensibilizados con la moda ‘slow’ y la moda española”, opina Saioa Goitia. “Hay
gente muy concienciada con apoyar al comercio de proximidad y a las pequeñas
marcas. Esto lo va a potenciar, aunque no en la medida que nos gustaría”,
sostiene Maria Roch. “Esto va para largo, así que vamos a cambiar y adaptar
nuestros hábitos de consumo”, comenta Virginia Pozo Castro.
Sea en primavera o en otoño, la moda nupcial y de eventos se prepara
para dar el “sí, quiero” a sus consumidores tras el parón de la crisis del
coronavirus.
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