Sorprende la propuesta de Txell Miras en la 080, con un resumen de su trayectoria profesional en que ya había intuido y anunciado los grandes cambios que han sacudido al sector
Vuelven las semanas de la moda, y la pasarela con sus desfiles habituales (y casi ya por norma y quién sabe si para siempre, virtuales) en París, en Milán, en Nueva York...Y en Barcelona y Madrid... pero ni la vida ni la moda siguen igual. Todo ha cambiado y esos formatos, que muchos consideraban caducos, para presentar las nuevas ideas y las nuevas colecciones han tenido que reformularse a la fuerza.
Ahora la moda se expresa en
digital y persigue con determinación los valores “Re-use,
remix and respect” que Margherita Maccapani Missoni, directora creativa de
M Missoni, defendía ferozmente durante su participación on-line en la pasarela
080 de Barcelona. Cuidar el planeta, el medio ambiente, pero, sobre todo, a las
personas es la apuesta de todas las firmas. Grandes y pequeñas. La única manera
de vivir y sobrevivir en los nuevos tiempos.
Podría parecer que todo está
perdido. Que la pandemia mundial ha machacado la industria de la moda. Ni se
produce, ni se distribuye, ni se vende como antes. Pero las voces que la
defienden quieren ser optimistas.
“La covid ha cambiado la industria de la moda. Ahora miramos con lupa dónde y
en qué invertimos”, resumía Missoni.
Y Txell Miras , la diseñadora catalana de 44 años que siempre se ha destacado por dar una visión distinta (y llena de arte: fue bailarina y está licenciada en Bellas artes por la Universidad de Barcelona) añade que “a pesar de todo estamos optimistas. Sí, la revolución ha llegado y nos han hecho más conscientes . Eso es bueno para todos. Para nosotros y para el planeta”.
Esta creadora con marca propia
desde 2004, trabajó para línea femenina de Neil
Barrett entre 2003 y 2016, obtuvo el premio On/Off de la London
Fashion Week en 2010, fue nominada a la London International Creative
Competition en 2009 y Premio Barcelona es moda al mejor profesional del sectot
en 2006 (entre otros reconocimientos), advertía desde hace tiempo que urgía un
cambio.
Lo curioso es que, vistos
ahora en perspectiva, sus desfiles distintos y provocadores, parecen un anuncio
del giro inesperado que parece haber cambiado el mundo para siempre.
Si en su colección previa a la
pandemia hablaba de posthumanismo y el transhumanismo, de cómo los humanos
trascienden nuestros cuerpos a través de la tecnología, en la que acaba de
presentar hace solo unos días pero que tenía trazada bastante antes del “parón universal”, ya afrontaba el paso siguiente,
o el inverso: “cuando la inteligencia artificial y las máquinas tienennecesidad
de más humanidad. Amor, humor, empatía o pasión son sensaciones propias de los
humanos y llegará un momento en que posiblemente las máquinas los echen de
menos”, relata Txell Miras.
Ella, como están haciendo
todos los diseñadores en este momento, ha tenido que exponer sus ideas y su
moda apoyándose precisamente en esa inteligencia artificial de la que tanto
dependemos “y tanto nos ha resuelto durante el confinamiento: estábamos lejos pero más cerca que nunca”,
dice.Pero está más que cómoda con el nuevo formato.
“Ya estábamos muy cansados de
hacer siempre lo mismo y el lenguaje artificial nos ha dado la opción de hacer
algo por fin distinto y apostamos por renunciar a la pasarela y crear una
historia llena de vida por los bellos pasadizos del Hospital de Sant Pau”, explica ella que,
precisamente, siempre se ha saltado las reglas para adelantar acontecimientos.
Sí, adelantarlos. Porque fue ella quien, también en el recinto de Sant Pau, creó hace dos años una “atmósfera de lo más extraña entonces y ahora de una normalidad que asusta, con todos los modelos con mascarilla”.
Y quien se hizo con el premio
a la mejor colección otoño-invierno 2016/17 de la 080 al convertir la pasarela
en un paisaje barroco, con el
repicar de campanas y el negro resaltando elementos religiosos de lo más
evidentes.
También eso tiene su explicación. Su padre fue (ya no lo es) cura, explica. Pero como ella un cura con ideas propias. Independiente. Radicalmente distinto.
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