Una nueva atención a la modernidad

 


La importancia y la continuidad de los valores, la versatilidad de las colecciones y una nueva sensibilidad vanguardista, son los elementos identificativos en las pasarelas del 20 de septiembre.

Junto a los modelos más clásicos con elaboración tradicional desfila una moda más cercana al prêt-à-porter para una nueva versatilidad al alcance de todos con el plus, sin embargo, de la personalización, tanto en tejidos como en aplicaciones. Desfile de tul de seda adornado con formas geométricas, plisado con reflejos luminosos, organza con ribete de marabú y piedras y cuentas mezcladas con bordados sari. Un toque de negro irrumpe en el universo de los blancos.

Hay un deseo de primavera y de renacimiento en las flores que trepan los rasos de seda y las mangas colgantes en la parte humeral. De las ramas de cerezo salen pétalos de sakura cortados a mano y elaboraciones de hojas que cubren vestidos de encaje de varias capas en diferentes tonos de rosa.

Ecos de Oriente en la faja obi en mikado y el bordado de símbolos tradicionales japoneses, todo ello inspirado en el amor, la suerte y la prosperidad.

La falda en capas trabajada en origami y las siluetas definidas y cónicas se acompañan de formas más desenfadas inspiradas en streetwear como pantalones anchos y suaves y chaquetas desestructuradas o faldas asimétricas con cortes cuadrados o puntiagudos.

Al fondo fluyen las imágenes de un telar que simboliza la artesanía, de pétalos de flores que expresan el inicio de la nueva estación y de un corazón que late con dos manos entrelazadas que representan la vida y el amor.

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