Portugal reinventa y democratiza la moda con la Fashion Week "Sofá Edition"

No posponemos, más bien dividimos". Con esta premisa arranca "Portugal Fashion: The Sofa Edition', la fiesta de la moda lusa que este año es digital y se divide en dos pases porque la moda, como la vida, "no puede parar".

El evento "está diseñado para transportar a lo digital todas las dinámicas de una semana de la moda desde el punto de vista de la comunicación y la promoción de diseñadores y marcas" pero adaptada a la pandemia, explica a Efe Mónica Neto, directora de Portugal Fashion.

En un primer pase telemático, la moda llegó en la noche del jueves a los sofás a través de montajes conceptuales -vídeos y fotos- con las propuestas de nueve diseñadores.

"Promover la moda portuguesa como un sector que tiene mucha creatividad que mostrar" es uno de los objetivos del evento, que enseñará colecciones ya vistas en semanas de la moda internacionales y otras más centradas en el contexto luso.

El segundo pase, en abril en una fecha por confirmar, explorará el concepto del desfile filmado, aunque también dejará espacio en la pasarela para la "reflexión del sector y de los desafíos que la pandemia le ha impuesto", como la digitalización.

La comunicación digital "ya era una evidencia" para Portugal Fashion antes de la pandemia, y muchos diseñadores también se han apuntado con tiendas "online" o muestras a través de las redes sociales, conceptos nuevos que generan "interacción", matiza Neto.

Una moda más democrática

La interacción es una de las claves de la supervivencia de la moda en el futuro, que empieza a abandonar esa imagen de "exclusivo y reservado", subraya Neto.

"La digitalización de las semanas de la moda está asociada a una democratización de la moda" y sirve también como una forma de "deconstruir conceptos" de la moda de autor como algo "caro, asociado a un consumo que no es ropa del día a día", algo que "no es verdad".

Por eso, esta edición "puede suponer un cambio en la forma de entender la moda de autor", pero también puede servir para fomentar la protección de la moda portuguesa, porque los lusos "necesitan proteger más su moda, que tiene mucha calidad".

La facturación y la producción de moda portuguesa cayó un 20 % hasta septiembre de 2020 debido al impacto del coronavirus, lo que supuso una contracción de hasta el 2 % en las plantillas del textil y un desplome de las exportaciones.

Un futuro sostenible

"Somos un sector sostenible, responsable, creativo y muy ligado a una capacidad industrial de referencia", apunta Neto, y señala que la preocupación por el medio ambiente es uno de los objetivos.

"La moda no quiere ser vista como un sector que contamina", continúa, por lo que alejarse del concepto de "fast fashion", o moda que se crea, se consume y desaparece de forma rápida, es esencial para su futuro.

"La moda necesitaba adoptar estrategias de sostenibilidad. Empezó a ser una verdadera preocupación", matiza. Los diseñadores "hacen colecciones más pequeñas, con productos atemporales y de más duración" para "reducir el consumo en masa hacia un consumo pensado" en los compradores.

Según el estudio "The environmental prize of fast fashion", publicado por la revista Nature, la moda es responsable de la emisión de entre el 8 y el 10 % del dióxido de carbono de la atmósfera.

Además, sus materias primas son otro foco de preocupación. Un informe de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) reveló que para fabricar unos pantalones vaqueros se necesitan entre 2000 y 3000 litros de agua.

Por fortuna, "la industria portuguesa ha invertido mucho y tenemos estrategias de fabricación con criterios de sostenibilidad. Somos un país de referencia a este nivel", concluye Neto.

 

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