La industria de la moda despidió el martes por la noche a Alber Elbaz de la forma que a él le hubiera gustado, con un desfile legendario. Fueron 45 los diseñadores que rindieron homenaje al difunto Elbaz, bajando el telón de la Semana de la Moda de París con el último desfile de esta temporada.
"Alber se habría sentido
increíblemente honrado rodeado de sus compañeros, colegas, colaboradores,
amigos y familiares. Se le habrían saltado las lágrimas de alegría y felicidad",
declaró su compañero desde hace muchos años, Alex Koo.
La idea del desfile surgió del
Théâtre de la Mode, cuando 60 modistas y artistas franceses enviaron en 1945
maniquíes de tamaño de muñeca (fabricados durante la guerra) a una gira mundial
para recaudar fondos para los supervivientes de la Segunda Guerra Mundial.
Bajo el título "Love
Brings Love", el desfile se celebró en el Carreau du Temple y las paradas
de autobús cercanas mostraban carteles del evento. La primera dama francesa,
Brigitte Macron,
y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo,
que acaba de anunciar su candidatura para competir con Emmanuel Macron el próximo año, se
sentaron en primera fila en medio de una veintena de diseñadores como señal de
respeto.
También había un buen número
de directores ejecutivos: François-Henri Pinault; Diego della Valle; Sidney
Toledano; Marc y Manuel Puig; Philippe Fortunato, de la división de moda
de Richemont,
que financió la casa de moda indie de Elbaz, AZ Factory; y Ralph
Toledano, presidente de Victoria Beckham y el hombre que descubrió a
Elbaz y le ofreció su primer trabajo como director creativo de Guy Laroche. Muy
cerca, Koo se sentó con Demi Moore y su hija Scout Willis, junto a varias de
las hermanas de Elbaz.
El desfile comenzó con una
hora de retraso tras una larga tanda de abrazos y saludos, en la que muchos
diseñadores pudieron conocerse por primera vez.
De algún modo, cada diseñador
fue capaz de captar un fragmento de la esencia del polifacético Elbaz:
como Demna Gvasalia con una gigantesca capa
rosa que evocaba su valiente uso del volumen. Olivier Rousteing, recurrió a su autocrítico
sentido del humor con una gran camiseta con lazo lateral en la que aparecía un
autorretrato de Alber en forma de caricatura, acabada con mangas de flores de
tela.
Riccardo Tisci, evocó la
maestría de Elbaz con los drapeados con su vestido de seda fluida, mientras
que Pierpaolo Piccioli, de Valentino,
recordó el amor de Alber por la grandeza con su gigantesco vestido púrpura de
faille.
"Era el ser humano más
desinteresado que he conocido y su generosidad también formaba parte de su
forma de ver la moda", escribió Piccioli en un libro finamente ilustrado
que recoge todos los bocetos de los trajes de este desfile.
Muchos de ellos hacían
referencia a las siempre presentes pajaritas de Elbaz; el más atractivo
fue Thom Browne, que reinventó su traje gris con
lazos enormes, mientras que el look de Simone Rocha fue
un gigantesco vestido con pajarita.
Cuando falleció, el pasado mes
de abril, la industria de la moda expresó el dolor por su pérdida, ya que el
espíritu generoso de Elbaz era muy admirado. Los vestidos de cóctel que
propuso Jean-Paul Gaultier eran una serie de
corazones, con telas saliendo de cada uno de ellos casi como lágrimas.
También participaron Pieter
Mulier, Sarah Burton, Daniel Lee,
Charaf Tajer, Gabriela Hearst, Christopher John Rogers, Dries Van
Noten, Guo Pei,
Nadège Vanhée-Cybulski, Iris Van Herpen, Rosie
Assoulin, Chitose Abe, Daniel
Roseberry, Simone Rocha, Stella McCartney, Thebe Magugu,
Tomo Koizumi, Donatella Versace, Guram Gvasalia, Viktor
Horsting and Rolf Snoeren, Vivienne Westwood y Andreas Kronthaler, Grace Wales Bonner y
Glenn Martens.
Después del desfile llegó el
que fue, en muchos sentidos, el momento clave, cuando el estudio de AZ Factory presentó
una colección en homenaje a Alber. Vimos una colección tan fuerte y coherente
que daba la sensación inmediata de que la marca de Elbaz tiene futuro sin él.
Cuando apareció la última
modelo de AZ Factory, el gigantesco telón de fondo se iluminó en tres niveles,
y todo el elenco bailó al ritmo de la canción final de Elbaz,"Love
Train" de los O'Jays.
"Recuerdo que Ralph (Toledano) me llamó en los años 90 y me contó que
había encontrado a un gran diseñador joven de Casablanca para Guy Laroche. Que
es de donde somos los dos. En aquella época, los diseñadores de Marruecos no
llegaban a dirigir las famosas casas de moda de París. Pero Alber lo hizo y era
genial", recordó Sidney Toledano.
Tras un breve paso por Saint
Laurent, Elbaz alcanzaría su mayor éxito en Lanvin. Donde, tras una década y
media, fue despedido sin contemplaciones en 2015. Sin embargo, Alber, famoso
por su enorme corazón, probablemente habría estado encantado de ver a su
sucesor en Lanvin, Bruno
Sialelli, contribuyendo con tanta elegancia a esta despedida.
Con un precioso vestido blanco
con una foto gigante de Elbaz sobre su alargada cola que parecía flotar como un
barco de vela a través del espacio entre los haces de luz en movimiento.
Se ha ido un espíritu
valiente, pero los amantes de la moda nunca lo olvidarán.
Comentarios
Publicar un comentario