Después de dos ediciones de invierno interrumpidas y canceladas por la crisis sanitaria, Première Vision París abrió sus puertas el 8 de febrero con un millar de expositores. Un nuevo paso hacia la vuelta a la normalidad, después de las 750 empresas que se reunieron el pasado mes de septiembre.
Esta edición se celebra en los
pabellones 4 a 6 del Centro de Exposiciones de Villepinte, renunciando a la
parte trasera del pabellón 5. Con una escenografía que, como es habitual,
recupera los colores de la temporada principal, en este caso la
Primavera-Verano 2023, la cita Première Vision SA sorprende con una original
disposición entre las zonas de Tejidos, Pieles y Peletería, Accesorios, Hilos y
Productos acabados. Sin olvidar el espacio Smart Creation
dedicado a las innovaciones lanzadas en febrero de 2020 que, como en cada
edición, ha estado lleno durante toda la jornada.
Un primer día en el que la
actividad fue avanzando poco a poco, gracias a las interrupciones del RER que
se prolongaron hasta las 11 de la mañana. Lo que hizo que muchos visitantes
probaran la escasa oferta de taxis parisinos. Una molestia ferroviaria que no
es nueva, recordaban los visitantes asiduos mientras llegaban apurados a la
recepción de la feria.
Durante el resto del día, un
flujo constante de personas irrumpía en la zona de conferencias de esta primera
jornada. Instalada en el pabellón 4, este espacio fue el gran ausente de la
edición de septiembre. Durante la jornada (y en directo a través de Internet)
se sucedieron las presentaciones de las tendencias primavera-verano 2023,
certificaciones textiles de RSE, estrategias de marcas y el ya ineludible
debate sobre el metaverso y los NFT en la moda.
En el marco de la cátedra IFM
x Première Vision, el Instituto Francés de la Moda reveló el martes su estudio
sobre la evolución del abastecimiento internacional en la industria, que
incluye una revisión de dos décadas de datos. Este destaca
especialmente el aumento de las exportaciones europeas en este sector. La
Confederación Europea del Lino y el Cáñamo (CELC) aprovechó el salón para anunciar
que se ha convertido en el primer sector agroindustrial en medir su impacto
ambiental a través de la nueva metodología europea PEF (huella ambiental de
producto).
En Première Vision, la visita
incluye obligatoriamente los espacios de tendencias, que este año han sido
tres. Escenarios de gran tamaño con un cierto aspecto de ágora dedicados a
materiales, patrones y ofertas sostenibles, abiertos al público hasta el jueves
por la noche. La actividad es constante, aunque menos intensa que antes de la
crisis. En esta edición, predominantemente italiana, también se codean de tú a
tú las delegaciones francesa y turca. Todas comparten la esperanza de una
vuelta a la normalidad, anhelada desde desde la primavera de 2020 y que no
acaba de llegar.
Todas las miradas están
puestas ya en la próxima edición, que añade un cambio en el calendario:
Première Vision se despide del mes de septiembre y empezará a celebrarse en
julio. Como la promesa de un cielo más despejado para el sector.
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