La serie de HBO La edad dorada ha sido un éxito desde su estreno a finales de enero como un juego de fantasía en el que se recrea la vida de la clase acomodada de la ciudad de Nueva York a finales del siglo XIX. Sin embargo, con su colección de otoño de 2022 Ralph Lauren traslada al público a una época pasada de elegancia en la Gran Manzana, más concretamente a la Edad del Jazz, cuando los rascacielos se apoderaban del horizonte.
Lauren eligió un lugar que
simbolizaba a los poderosos mecenas del arte de la época. El Museo de Arte
Moderno, o MOMA,
fundado por Abby Aldrich Rockefeller, Lillie P. Bliss y
Mary Quinn Sullivan, abrió sus puertas días después del crack de Wall Street de
1929. En 1939 ya ocupaba su ubicación actual.
Una galería de la sexta planta
se convirtió en el salón de Lauren. Al menos el elegante salón en blanco y
negro, con sillones art déco, mesas lacadas en negro, sillones blancos con
muchas rosas rojas, libros de mesa y cuencos de M&M's de la marca. Las
ventanas con falsa iluminación mostraban el horizonte de la ciudad en blanco y
negro. De las paredes colgaban imágenes artísticas de los coches de Lauren (un
representante de relaciones públicas bromeó diciendo que no eran elementos
permanentes del museo, "por el momento").
Cuando comenzó el desfile (que
abrió Gigi Hadid ataviada con un conjunto negro
de suéter y pantalón) enseguida se hizo evidente que las modelos estaban
preparadas para interactuar y establecer contacto visual con el público. Lauren
desfiló dos veces, a las 6 y a las 8 de la tarde para adaptarse al limitado
recinto. Con una paleta de colores en blanco y negro, con pinceladas de rojo en
ocasiones, el diseñador presentó looks que recordaban a esa época Gatsby que
siempre ha formado parte del ADN de la marca.
Vimos versiones de día y de
noche de la clásica combinación de colores en sus grandes éxitos; trajes
masculinos de lana para todos los gustos; cuadros escoceses, rayas, con pañuelo
para el bolsillo, combinados con brogues en blanco y negro o convertidos en un
vestido de noche tipo halter con corbata blanca. La elegancia se acentuaba por
la noche con vestidos ceñidos al cuerpo; uno de los más llamativos fue uno
negro bordado con cristales con la silueta del horizonte de Manhattan.
Dado que ningún neoyorquino
que se precie soñaría con pasar el fin de semana en la ciudad, Lauren ofreció
algunos cuadros escoceses de búfalo y motivos alpinos para los looks de montaña
o après-ski. Un jersey de lana de Shetland que combinó con una falda larga de
tul que dejaba ver unas botas de montar a través de las aberturas resultó
especialmente atractivo y muy Ralph Lauren.
Participaron modelos icónicas
asociadas a la casa, como Shalom Harlow, Laetitia Casta, Tyson Beckford y las
hermanas Gigi y Bella Hadid. Las modelos variaban en edad y
etnia, un guiño al crisol de culturas de la ciudad de Nueva York.
El desfile se cerró con un
look que parecía ocupar un lugar especial para Lauren, nacido y criado en el
Bronx. Apareció una modelo con una chaqueta bómber personalizada y una gorra de
béisbol de los NY Yankees, el equipo cuyo famoso estadio también está en el
Bronx. Nada como un poco de béisbol para despertar aún más la nostalgia,
especialmente en la Gran Manzana.
Al salir del local de la calle
54 en dirección a la Quinta Avenida, surge una Nueva York diferente con
escaparates vacíos. El día del desfile, el Daily News titulaba "Guns Gone
Wild in City" en referencia a los 29 tiroteos, uno de ellos mortal, del
pasado fin de semana. Una prueba de que los apuñalamientos en el metro no son
algo tan descabellado. Ralph ha creado algo nuevo. Y todos estamos ansiosos por
la elegante y sofisticada Nueva York, cuyos males, al menos, antes se
disimulaban mejor.
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