Como en cada temporada, la Camera Nazionale della Moda Italiana (CNMI) garantizó una buena visibilidad a las jóvenes marcas transalpinas, para el deleite de los compradores que buscan propuestas nuevas e interesantes. Este fin de semana destacaron especialmente tres marcas a las que hay que seguir de cerca. Magliano, Jordanluca y Federico Cina reafirmaron su potencial en esta Semana de la Moda dedicada a las colecciones masculinas de primavera-verano 2023.
Magliano volvió
a dejar su huella con un desfile a la vez poético y firmemente arraigado en
nuestra vida cotidiana, presentando una colección muy variada y coherente con
la silueta bien definida de la marca, con una elegancia ligeramente anticuada,
con sus grandes chaquetas desestructuradas de tres botones y sus pantalones con
pinzas ligeramente sueltos.
"Una nueva
elegancia transgresora, pero en voz baja", dijo el diseñador Luca Magliano,
refiriéndose al poeta homosexual Sandro Penna,
que le ha inspirado esta temporada, al igual que los eclécticos personajes de
la periferia italiana.
El diseñador
creó "un amanecer, como un despertar después de esta larga noche de
invierno", donde encontramos el estilo despreocupado típico de su marca
masculina. Una actitud acentuada esta temporada por el paso comedido de los
modelos nómadas, que caminan a cámara lenta, en la penumbra, por las oficinas
en desuso de una antigua central eléctrica. Las manos metidas en los bolsillos,
casi siempre encajadas en la parte delantera del torso, avalan el look, pero el
lado latino y viril de Magliano parece haberse desvanecido esta vez. La paleta
es oscura o arenosa, con tonos cenicientos y efectos de desgaste o manchas de
pintura, como se puede ver en unos vaqueros.
Los paneles de
seda u organza se salen de algunas chaquetas para colgar de un hombro o
convertirse en bolsillos "no utilizados". Los tejidos ultrafinos, los
cárdigans de jacquard y los jerseys retorcidos son algunas de las piezas más
fuertes de esta colección fabricada en Italia de forma impecable. La chaqueta
se pone del revés, dejando al descubierto un forro floral de seda pintada,
mientras que una toalla de rizo blanca se ciñe a la cintura a modo de
taparrabos.
"Ahora
distribuimos a través de más de treinta minoristas, que cada vez compran más en
profundidad, sobre todo las tiendas femeninas, que representan el 50 % de
nuestras ventas, algo de lo que estamos muy orgullosos", confesó Luca
Magliano, cuyo primer mercado es Asia, especialmente Japón, Corea y China.
Otro nombre a
seguir de cerca es el de JordanLuca. Tras un primer desfile en Milán celebrado
el pasado enero, la marca anglo-italiana de streetwear de alta
costura, fundada en Londres en 2018 por Jordan Bowen
y Luca Marchetto, atrajo la atención del público, así como del diseñador
Alessandro dell’Acqua. Ha vuelto seis meses después con una colección nueva muy
imaginativa y repleta de referencias punk, como los pañuelos metálicos con
pinchos afilados o un tejido de tela de araña.
El dúo creó esta
colección como una introspección psicológica en torno a la atracción fatal, que
nos lleva siempre al límite, invitando a personajes particulares (banquero,
deportista, cantante, actor…) del mundo entero a crear su estilo propio a
partir del armario de JordanLuca. Encontramos especialmente pantalones largos y
acampanados de "pata de pájaro" con su cola de triángulo, creados el
pasado invierno casi como un juego y convertidos en un bestseller. Asimismo, la
falda escocesa, una de las prendas emblemáticas de la marca (fabricada en
Escocia en lana) fue ampliamente presentada, esta vez en una versión de jersey
que recuerda a los pantalones cortos de jogging.
Las chaquetas de
lana son más ligeras gracias al forro de lino. Los tops deportivos se
transforman en camisolas, que se llevan con botas de cuero larguísimas atadas
en los laterales. En el menú de novedades, de nuevo, está la camiseta con capa,
ofrecida en algodón a rayas, en encaje negro o como chaqueta de chándal. Cabe
destacar también el original trabajo de las cremalleras colocadas en los
lugares más incongruentes. Atraviesan la parte delantera del pantalón
horizontalmente, y la parte trasera verticalmente. Estas cortan, siempre en
horizontal, el pecho y las mangas de las chaquetas, gabardinas y algunas
cazadoras, así como de los grandes jerseys.
Federico Cina,
que ancla sus colecciones en el territorio de su Emilia-Romaña natal (centro de
Italia), donde volvió a instalarse hace unos años, dice que él también se
sumergió en un viaje psicológico.
"Quería
eliminar las barreras que aún me retenían, deshacerme de mi coraza",
comentó en el backstage. Para el próximo verano, se inspiró en las salinas de
Cervia, con prendas teñidas por el sol y texturas dañadas por la sal.
Los modelos
parecen recién salidos de un baño, con restos de sal y arena aún visibles en su
pelo mojado. Vestidos con tejidos y tonos naturales, cortados con bordes
limpios, a veces muy deshilachados. Una gran gabardina blanca se lleva sin
camisa, al igual que una chaqueta vaquera o un traje de lino atado a la cintura
con un cinturón de macramé.
Las túnicas
largas con flecos están hechas de hilos de cáñamo, los maxi chalecos están
hechos de patchwork de diferentes texturas o puntos. Tienen especial éxito las
piezas de punto en colores quemados, del beige al naranja, las prendas de punto
y los pantalones. El diseñador, que ya distribuye sus piezas en una veintena de
tiendas multimarca, apuesta esta temporada por la mujer con una silueta sensual
y ceñida al cuerpo.
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