Dinamarca quiere poner fin a la dependencia de Rusia con un proyecto innovador: islas de energía en medio del mar
En plena crisis energética todos
los países europeos buscan alternativas al gas ruso de cara a este invierno.
Mientras algunos apuestan por recuperar
prácticas como el fracking, otros, apuestan por
métodos más revolucionarios y verdes. Este es el caso de Dinamarca, que ha
anunciado la construcción de unas "islas de energía"
que fabricarán energía renovable para abastecer todo el país. Se trata de un
proyecto que el gobierno danés ya había aprobado y que estaba previsto finalizar
de cara 2030, pero que ahora ha decidido acelerar ante las amenazas rusas y el
elevado precio de la energía.
Las "islas
de energía" son un conjunto de grandes construcciones de turbinas eólicas que se
colocan en medio del mar para generar energía. El país ya fue pionero en 1991
al aprovechar los fuertes vientos del mar para producir electricidad y ahora ha
ido un paso más allá utilizando esta tecnología punto en los mares del Norte y Báltico. La inversión
ha sido de 34.000 millones de dólares y se considera el proyecto mayor que se
ha hecho nunca a la historia del país.
En estos
momentos, según los datos oficiales, el 49%
de la energía que consume Dinamarca proviene de fuentes eólicas, mientras
que el país tiene un 16% de dependencia del gas
tose. Ahora, con las islas de energía cree que podría
poner fin en lo que consideran "una financiación en Putin", ya que
calculan que tienen potencial suficiente para cubrir las necesidades
energéticas de millones de hogares.
¿Cómo serán las "islas de energía"?
Según explica el
gobierno, la primera se construirá en el mar Báltico y se establecerá en una
isla ya existente, en Bornholm. Será la más pequeña. La segunda se hará al mar
del Norte y será construida en una isla artificial. Inicialmente, tendrá la
medida de 18 campos de fútbol (120.000 metros cuadrados), pero en un
futuro el proyecto contempla que sea tres veces mayor. Y este sólo será el
principio de todas las islas que se prevén construir. El estado controlará al menos el 50,1% de las
islas, mientras el resto quede en manos de empresas
privadas.
Con estas
megaconstrucciones los daneses aseguran que no sólo se suministrará energía en
su territorio, sino que también tendría la capacidad de hacer llegar a países
vecinos. De esta manera, el gobierno del país asegura que también quiere instar el resto de la Unión Europea a
adoptar medidas similares y conjuntas, ya que están los
objetivos de multiplicar por 25 la capacidad eólica marina del bloque para
el 2050 y un aumento de cinco veces para el 2030.
Sin
embargo, hay quien pone en duda el proyecto a causa de
su gran coste y a raíz del debate sobre la necesidad de
construir islas artificiales por el gran impacto ambiental que puede
suponer. Sea como sea, se trata de un método revolucionario e innovador sobre
el cual hay muchas miradas puestas.
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