Loewe apostó por la ropa muy cómoda y una estética andrógina en su colección de mujer para la temporada primavera-verano 2024, con prendas amplias y fáciles de llevar.
El norirlandés
Jonathan Anderson, que cumple este mes diez años como director creativo de la
marca española del poderoso grupo francés LVMH,
mostró de nuevo su fidelidad al legado de la firma en el uso de la piel.
El desfile, en
un pabellón blanco construido en el patio del Castillo de Vincennes, contó con
la presencia de celebridades como la legendaria editora jefe de Vogue Anna Wintour o
la intérprete Bad Gyal.
Anderson
presentó una colección marcada por el confort y la ligereza, tal vez pensando
en las canículas cada vez más frecuentes de los últimos años.
Pantalones hasta
la rodilla, holgados y no ceñidos, junto con tops de piel fina o polos.
Algunos polos de
dos colores, con solapas, botonadura y mangas en un tono más oscuro, una idea
que se repitió en vestidos hasta los pies, muy ligeros y transparentes, en los
que la parte superior era similar a un polo veraniego.
No faltaron
algunas faldas cortas, amplias y de volantes, o vestidos plisados asimétricos.
Una línea de
trajes de chaqueta tenía los pantalones de talle muy alto, con la cinturilla
muy marcada y junto a americanas amplias a partir de los hombros.
Otra línea
mostró pantalones con tops rígidos confeccionados a mano a partir de estrellas
realizadas con cristales, cada uno en dos colores (plata y azul o plata y
amarillo)
Todo ello además
en colores suaves (ocres, azul cielo, verde salvia, amarillo pálido).
Para los días
más frescos, hubo algunos abrigos muy largos y amplios, de un punto muy grueso
que dejaba amplios huecos en la trama, y con enormes botones dorados.
También hubo
varios abrigos de piel, rectos y de corte masculino, en tonos más oscuros, que
eran la única prenda que llevaban las modelos.
Igual que en
otros desfiles de esta semana en París, la peluquería y el maquillaje jugaron
claramente con una estética andrógina, en línea con algunos conjuntos, como los
de polo y pantalón.
El cabello, muy
corto o muy pegado a la cabeza, tenía con frecuencia raya lateral muy marcada y
hasta un mechón delante de las orejas para simular una patilla.
En esta línea,
el calzado fue también muy cómodo y unisex, con sandalias de hebillas o
cangrejeras, junto mocasines de piel muy blanda. Todo en general plano salvo
alguna sandalia "mule" de tacón medio para conjuntos de noche.
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