Tras poner el broche a su 81ª edición, la pasarela de Madrid prevé "cambios importantes"

Muchos interrogantes, retos e ilusiones se sucedieron en las bambalinas de la pasarela de Madrid, que este domingo echó el cierre a su 81ª edición con la mirada puesta en una nueva estrategia para atraer nuevas firmas.

Se prevén "cambios gordos", anunció a EFE Valentina Suárez-Zuloaga, nueva directora creativa de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid (MBFW Madrid), al explicar que estos se van a producir a corto plazo "gracias al equipo tan espectacular que hay detrás de la organización de la pasarela".

El objetivo es atraer nuevas firmas y para ello pretende, de cara a la nueva edición de septiembre -la 82-, "cambios importantes, gordos" añadió Valentina Súarez-Zuloaga, que considera que la moda "es espectáculo, pero también industria y negocio".

"MBFW Madrid es el trampolín de la moda española, con una historia y un peso que da respeto por lo que representa y ha representado a nivel internacional", subrayó la directora creativa, al destacar que en España hay talento, "un potencial espectacular".

A lo largo de cinco días desfilaron más de 30 diseñadores; la mayoría de los cuales presentaron moda de autor femenina, aunque algunos incluyeron diseños masculinos.

En la pasarela destacaron las prendas para eventos especiales, entre ellas, la sastrería de Mans -premio L'Oréal a la mejor colección-, una serie de piezas para las que el diseñador Jaime Álvarez trabajó el terciopelo teniendo al creador Tom Ford como referente.

Llamaron la atención los vestidos lenceros y pijamas, todos ellos con detalles art decó y bordados tridimensionales de Yolancris, firma, que seduce a famosas como Shakira, Beyoncé o el clan Kardashian.

Con la tecnología como punto de partida, la diseñadora Isabel Sanchís presentó una propuesta femenina y poderosa en la que destacaron dos vestidos: el primero simula una flor que mueve sus pétalos y el segundo -con plumas- tiene una fibra óptica que se ilumina.

Junto a estas creaciones, Sanchís mostró creaciones dramáticas con plisados que reinterpretan prendas de la moda urbana como son los pantalones vaqueros.

La nueva directora Suárez-Zuloaga resaltó la calidad de las firmas españolas, que también "seamos referentes en artesanía", pero que se "nos haya dado muy mal comunicar y vender".

La firma Pedro del Hierro rindió homenaje al flamenco y a esa época en la que Ava Gadner sucumbía al cante y baile de Carmen Amaya o Lola Flores.

El desfile que más público congregó fue el de Agatha Ruiz de la Prada (Madrid, 1960) que en colaboración con Humana -organización que promueve la protección del medio ambiente mediante la reutilización de textil- subió a la pasarela una colección con la intención de mover conciencias y apostar por la sostenibilidad.

Piezas que trabajó con tejidos nuevos, prendas vintage y recursos de la ONG. El resultado, vestidos, abrigos y conjuntos coloristas y llenos de vida.

A lo largo de cinco días también participaron en esta pasarela Hannibal Laguna, Custo Barcelona o Lola Casademunt by Mayte, un desfile que abrió y cerró la modelo Esther Cañadas.

Si algo caracterizó la 81ª edición fue el protagonismo que tuvieron los prescriptores de moda y creadores de contenido, así como el desfile de rostros conocidos entre ellos, Ella Travolta, Victoria Federica o el futbolista Endrick. 

Comentarios