Mi startup se
queda sin caja, se muere ¿qué hago?
“Reflotar
una startup” quizás sea un término impreciso pues no se puede reflotar lo que
nunca flotó pero sí podemos poner en marcha un plan para que el proyecto
sobreviva, crezca y dé alegrías a emprendedores, inversores, empleados y
clientes.
El índice Nasdaq marcó los 5.046,86 puntos el
11 de marzo de 2000. El 9 de octubre de 2002 tocó fondo en los 1.114,11,
había perdido el 78% de su valor. Fue el desplome de la burbuja de las
“puntocom”.
Más que reflotar
empresas (corporate turnaround), en
realidad la mejor opción
fue el “back to basics” (vuelta a los principios) de
empresas tecnológicas en Estados Unidos y Europa que habían recibido millones y
millones de inversión pero que no conseguían beneficios. Esos años, marcaron
definitivamente mi obsesión por la caja y el crecimiento con rentabilidad.
Hay esperanza
para las startups que lo pasan mal. Cisco, Amazon, eBay son hoy monstruos
tecnológicos que sobrevivieron la debacle (dot-com bubble).
Así que manos a
la obra. Si tu startup se está quedando sin caja y la ronda no llega, sé
optimista, se puede salir del hoyo.
Los procesos de
reflotamiento o back-to-basics son procesos complejos que conllevan renuncias y
emociones fuertes pero sobre todo implican cambiar la manera de pensar,
redefinir los paradigmas, la definición de éxito. Quizás toque pensar que
el éxito no se mide en descargas o usuarios activos sino en saldo bancario.
En este post no
pretendemos hacer una guía de cómo resucitar una startup pero sí apuntar la
metodología.
Todo
empieza por un buen diagnóstico:
a) Cuántos días tenemos de caja (una empresa dura lo
que dura la caja). Desde ya no le pierdas el ojo a la caja y lo que
produce mayor hemorragia.
b) Cuáles son
los activos de verdad, los que realmente van a producir la caja. Piensa
creativamente y con frialdad. Puede ser la marca (Donald Trump, presidente electo de EEUU,
reflotó su imperio basado en su marca), la cartera de clientes, la tecnología
(Blackberry se está reinventando sobre su tecnología), el balance, el
equipo … Sé estricto, elige uno o como máximo dos activos.
c) Que es lo que
sabemos hacer bien, de manera sobresaliente, en lo que somos competitivos, que
los clientes aprecian y por lo que pagan o estarían dispuestos a pagar
Después de haber
hecho el diagnóstico sería aconsejable crear una matriz de oportunidades.
a) Se trata de
una lista de las diferentes cosas que podéis hacer para conseguir caja,
incluyendo cobrar a los usuarios y dejar de regalar servicios. Cada opción para
generar caja tendrá su tiempo de maduración, quizás requiera inversión o
incluso unas habilidades singulares, contará con frenos y aceleradores, podrá
dimensionarse, etc.
b) Puntuad cada
uno de esos factores, ponderadlos según el peso específico y al final podréis
tener una lista priorizada de opciones que generan caja.
Ya sabemos qué
genera caja, ahora es momento de la acción. Las opciones se ejecutarán una a
una. Hay que poner foco en una sola opción a la vez y ejecutar con
determinación.
No será fácil
pero la salvación siempre llega de la mano de la caja aunque la caja más fiable
es la que llega del cliente. Poner rumbo a la caja es un ejercicio sano
para todas las empresas siempre y si esa caja viene de los clientes de manera
creciente, estaréis construyendo una gran empresa sostenible. Suerte!
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