En pleno repunte con la recuperación tras la pandemia, el mercado mundial del lujo está experimentando un gran cambio. Por primera vez en 2022, el gasto de gama alta de los millennials y la generación Z superó al de las personas mayores, alcanzando los 210 millones de euros en 2022 (frente a los 190 millones entre las personas mayores). Este relevo generacional será decisivo en los próximos años. Sobre todo porque, al mismo tiempo, la experiencia digital que ofrecen las marcas está resultando totalmente inadecuada para los consumidores de lujo, especialmente para los más jóvenes, según una encuesta publicada por Boston Consulting Group (BCG) durante una conferencia organizada en Milán por la asociación italiana de empresas de lujo Altagamma, sobre consumo y distribución en el sector del lujo.
Según esta
novena edición del observatorio "True-Luxury Global Consumer Insight",
dos escenarios aguardan a la industria del lujo en 2023. La primera estimación,
más cautelosa, prevé un crecimiento de entre 7 % y 9 % en caso de una
recuperación más lenta por parte de China y una caída de la confianza entre los
consumidores occidentales. Pero los autores de esta investigación, que se
centra en la punta del iceberg, es decir, los consumidores que más gastan en
artículos de lujo, con alrededor de 39 000 euros al año, se inclinan por un
escenario más optimista y prevén un crecimiento de entre 11 % y 13 %,
apostando por una confianza renovada de los consumidores en Estados Unidos
y una fuerte recuperación en el mercado chino, con una demanda local mucho
mayor que se espera que represente el 82 % del gasto total, mientras que
las compras chinas en el extranjero no recuperarán su nivel anterior a la
pandemia, alrededor del 45 % de todo su gasto.
Es en este
contexto que la industria del lujo debe prepararse para un aumento
significativo de su audiencia más joven. "A muy corto plazo, las
generaciones más jóvenes generarán el 75 % de las ventas de gama alta. Se
espera que el gasto en lujo de los millennials y la generación Z, que hoy
alcanza los 210 millones de euros, se duplique en 2026", señaló Guia
Ricci, directora gerente y socia de BCG, quien también invitó a las marcas a
revisar su estrategia “para capturar estas nuevas oportunidades, mediante la
fidelización de estos clientes jóvenes, sin descuidar a las audiencias mayores,
que aún representan casi la mitad de las compras en el lujo”.
El consejo para
la industria del lujo es adoptar un enfoque "bifocal" durante los
próximos 10 años, desde un punto de vista de marketing, producto y comunicación,
teniendo en cuenta las especificidades de estos dos públicos. En particular,
los consumidores muy jóvenes tienen una mayor propensión a gastar en
comparación con las generaciones anteriores y una visión más positiva del
futuro. Además, su forma de acercarse al lujo difiere notablemente de los
consumidores tradicionales, en cuanto a la adopción de tecnología, nuevos
modelos de propiedad como el uso de bienes de segunda mano o la atención a la
sostenibilidad.
Uno de los
principales obstáculos es el retraso en la digitalización por parte de las
casas de lujo, especialmente con respecto a su enfoque de comercio electrónico.
"Los consumidores, especialmente los jóvenes, están fundamentalmente
descontentos. Llevamos 10 años hablando de omnicanalidad, pero en realidad se
ha logrado muy poco. Menos de la mitad de los clientes de lujo dicen estar
satisfechos con los servicios digitales de las marcas de lujo", criticó
Filippo Bianchi, uno de los autores de la investigación de BCG.
“Solo para
cuatro marcas, incluida una pequeña, poco más del 50 % de los encuestados
dijeron estar satisfechos con su experiencia en línea”, señaló.
El sector del
lujo disfruta de un altísimo nivel de satisfacción en sus tiendas físicas, que
es el doble que en las marcas de gran consumo. Sin embargo, como destaca el
estudio, esta marcada diferencia no se refleja en el canal de venta online. El
nivel de satisfacción del cliente con las tiendas virtuales de lujo es solo
0,8 veces mayor que el de las tiendas electrónicas de las grandes cadenas
minoristas.
Este
"descontento digital" es más fuerte entre las generaciones más
jóvenes, especialmente en Europa. Uno de cada cinco clientes de la generación Z
está insatisfecho con su experiencia digital de lujo en comparación con uno de
cada diez baby boomers franceses, mientras que el promedio de insatisfacción es
menor en Estados Unidos y China, en particular debido al progreso tecnológico.
Esto se aplica a todas las categorías de productos.
Los principales
puntos débiles más mencionados son la seguridad de los procesos de compra y
pago, la disponibilidad del producto y su rapidez de acceso, la transparencia
sobre las tallas de las prendas y la tangibilidad de los productos y sus
características. "Estas cosas son fáciles de solucionar. El resto es una
cuestión de enfoque. Las marcas deben dejar de ver las compras en línea como
una simple transacción. Deben mirar más allá de eso. Hasta el momento, se han
equipado solamente para medir el rendimiento del canal online. Sin embargo, en
la mente del consumidor, este canal no existe, ya que está en constante
movimiento de lo físico a lo virtual", explicó Filippo Bianchi.
"El cliente
de lujo es mimado en extremo en las tiendas con una experiencia excepcional y
esta parte falta dramáticamente en la web", añadió. De hecho, la
experiencia digital que ofrecen las casas de lujo no cumple con las
expectativas de los clientes. Por ejemplo, tienen una visión obsoleta y
simplista de los puntos de contacto, con una tendencia a subestimar la
complejidad del recorrido del cliente. Para mejorar, tendrían que pasar de los
4 o 5 puntos de contacto del pasado a los 20 a 500 actuales, sugirió el
estudio.
Las marcas de
lujo tampoco ofrecen intercambios humanos satisfactorios durante la experiencia
online, mientras que "el 40 % de los clientes quiere precisamente una
guía humana, apoyo y una mayor atención por parte de las marcas, ya sea offline
u online, mientras que los jóvenes preferirían más interacciones con otros
consumidores y menos con los vendedores", según el estudio. Los autores de
la investigación sugieren, en particular, que las marcas sean más inspiradoras
durante el viaje del cliente en línea y segmenten aún más sus diferentes
públicos objetivos.
“¡Muchos
clientes quieren la experiencia que se ofrece online en las boutiques de las
arterias de lujo más prestigiosas, con la fluidez de Netflix, la variedad de
los supermercados y la velocidad de Amazon!
Pero en realidad no es tan sencillo de lograr”, comentó el director general
de Etro,
Fabrizio Cardinali, quien participó este miércoles en la conferencia de Altagamma.
Este último resume bastante bien la complejidad que enfrentan los ejecutivos de
lujo en la actualidad y quizás también su consternación ante la escala de las
inversiones requeridas.
“Tratamos de
tener en cuenta todos estos elementos. Pero tenemos que manejar los códigos de
una casa de lujo, que debe armonizar con todo el ecosistema entre la venta
física y la digital, entre los puntos de venta propios y con los revendedores
en línea y fuera de línea. Si no se tiene una estructura vertical, se vuelve extremadamente
complicado", concluyó.
Comentarios
Publicar un comentario